Balance de un año altamente satisfactorio para el pádel nacional

El 2022 para el pádel argentino quedará grabado en base a concreciones, a hechos. No es un año más. La estructura dirigencial de la entidad madre cambió y ya mostró rápidamente sus credenciales.

La llegada a la presidencia de la Asociación del Pádel Argentino (APA) por intermedio de Santiago Brito generó una nueva y necesaria brisa fresca de renovación. El pádel moderno y voluminoso de nuestro país ameritaba un cambio de fondo y de forma.

Brito, un próspero empresario argentino, llega al pádel bien asesorado y con la imperiosa necesidad de cambiar. El pádel argentino, exportador por naturaleza y con una base social y amateur enorme, merecía refrescar sus bases sin descuidad el hiper profesionalismo.

Se abordaron intensamente todos los frentes. Incluso el histórico acuerdo entre APA y la AJPP que provocó el trabajo mancomunado de la entidad madre y el profesionalismo autóctono. Eso generó también torneos organizados por APA con jugadores AJPP en el marco de los torneos internacionales FIP con puntos que generan buenas ubicaciones en los flamantes campeonatos Premier.

En las inferiores, los pibes, tuvieron tratamiento directo y concreto. La fortaleza del interior generó una rápida respuesta y acudió masivamente a los selectivos de menores. Centenares de chicos y jóvenes colmaron plazas históricas y fuertes como Córdoba y Mendoza poniendo ladrillo sobre ladrillo de las bases nacionales del pádel. Padres y profes del riñón padelero argento, bancaron la gesta en el marco de camadas ricas y prósperas de jugadores que pedían un tratamiento diferente ante esta coyuntura.

Esa primera parte del año terminó en Mendoza en el marco del nuevo circuito Premier, con un cierre de los pibes jugando en el mismo lugar donde Lima y Stupa ganaron a Coello y Bela ante 15.000 personas. La vara quedó muy alta y APA tuvo mucho que ver en la organización local de un evento sin igual manejando stándares de calidad nunca vistos en el país. Pero refiriéndose a los chicos, la red de contención con que cuenta la entidad madre de este deporte, enhebró un operativo federal integrador descomunal. Dicho operativo artesanal manejado por verdaderos orfebres del pádel, terminó con decenas de chicos y profes de todo el país de punta a punta  en el epicentro del pádel mundial durante esa semana.   

Durante esa semana frenética en la capital del sol y el buen vino, APA presentó su indumentaria oficial y sus nuevos coach para afrontar la segunda parte del año con la obligación tácita de ganar todo. Gabriel Reca y Rodrigo Ovide en la elíte y Federico De Pascual para la camada amateur. Nuevos bríos, nuevos objetivos, otra etapa.

Siguiendo con el amateurismo, APA abogó por acudir a cuanto torneo internacional  hubiere. Panamericano de Interclubes, Panamericano de Menores, Panamericano de Seniors y Ladies y Panamericano de Libres. En todos esos certamenes Argentina ganó. A eso sumarle la presencia del pádel por primera vez en la familia Panamericana acudiendo y ganando el oro en los Juegos Odesur de Paraguay. Cecilia Reiter- Daiara Valenzuela como así también de Juani De Pascual-Franco Dal Bianco. Histórico, el comienzo de una historia panamericana y olímpica que todos debemos solidificar diariamente.

Y para el último tramo del año, Argentina afrontaba el Mundial Absoluto con expectativas renovadas con planteles exquisitos y competitivos como pocas veces. El pádel nacional confirmó el favoritismo y la selección masculina se coronó campeón venciendo a España en Dubai, siendo finalistas las mujeres ante la poderosa selección peninsular.

Luego, ya no hablando de balances sino de futuro, APA consigue instalar en un predio cordobés polideportivo, un proyecto que llena de sueños al pádel nacional. En el «Mario Kempes», el pádel tendrá su casa, la casa oficial, la casa de APA.

Un año inolvidable del pádel argentino que brilló en toda su plataforma, sin descuidad nada, trabajando todos los días, haciendo equipos, consiguiendo objetivos.