Agustín Gómez Silingo, en entrevista con la APA: las claves de la final ante España en el Mundial y «el grupo de la Selección es espectacular»

“El torneo estuvo muy bien. El grupo de la Selección es espectacular. Todo lo que es el inicio, el cierre, las banderas, los himnos… Todo eso siempre en los Mundiales tiene un sabor muy especial. El ambiente que se respira en un Mundial no es el mismo que se respira en un torneo”, comenzó Agustín Gómez Silingo en su descripción sobre el reciente Senior, en esta segunda parte de la entrevista con la APA. En ese certamen, Argentina estableció sus condiciones de entrada: primero venció a Egipto y Dinamarca en fase de grupos, y luego a Chile y Suecia en cuartos y semifinal respectivamente.

Por último, llegó España. Y el duelo de Gómez Silingo y Cristian Gutiérrez frente a Enric Sanmartí y a Javier Limones en la final fue parejísimo. El propio resultado así lo indica: todo terminó en un 6-3, 6-7 y 7-6 a favor de los argentinos. En retroceso a ese bravo partido ante España, la Bestia brindó detalles de cómo fue que lo vivió: “Había dos cosas. Una, ganar el partido para ganar el Mundial, que era lo que me motivó, pero había un aliciente que era ganar ese partido para darle el Mundial a Argentina. La sensación de que vos, jugando esa final, le podías dar el título a Argentina”.

“Tanto Cristian como yo no somos jugadores que estemos con ritmo. Yo estoy jugando con un chico de la academia portugués que se llama Gustavo Nunes y que tiene 17 años. Lo estamos formando, estamos jugando un partido por torneo o dos como mucho, y yo prácticamente no estoy entrenando porque estoy con muchas horas de entrenamiento en la academia. Y ninguno (ni él ni Cristian) está entrenando físicamente como estaba entrenando antes como para poder competir. Pero también lo que me pasó fue raro, porque yo conseguí una cierta tranquilidad física y mental al jugar ese partido que por ahí en otros momentos no la hubiese tenido”, contó Gómez Silingo.

Tener a Cristian Gutiérrez como compañero y la importancia de Rodrigo Ovide como coach

Respecto al desarrollo del partido, que fue palo y palo, Agustín detalló cómo lograron sacar el encuentro adelante después de las molestias físicas que había comenzado a sentir Gutiérrez: “Con Cristian somos muy amigos, sabíamos que no estábamos bien físicamente y que nos teníamos que ayudar uno al otro porque no estamos bien. Sobre todo el Gordo, que está muy Gordo, ja. Entonces cuando empezamos el tercer set me dice ‘se me subieron los gemelos’. Y yo dije ‘no te puedo creer… ¿Cómo hacemos ahora?’ No sé si fue en el 2-1 o en el 2-2 del tercer set que logramos romper el saque, y ahí como que respirás y decís ‘bueno, tenemos ventaja, vamos a sacar para mantener el break’. Y nos vuelven a romper. Entonces en ese momento me acerco al Gordo y le digo, ‘Gordo, explicame una cosa: vos estás reventado, yo no estoy muy fino que digamos, ¿cómo volvemos a romper? Con lo que nos costó romper ¿ahora cómo hacemos?’”.

“A lo largo del tercer set yo se lo dije a Cristian, él como estaba un poco cansado estaba jugando a ver si la tiraban afuera ellos, y ellos no la iban a tirar afuera: estaban jugando una barbaridad. Yo a lo largo del tercer set le fui pidiendo ir a ganar el partido, no a esperar a ver si lo perdían ellos. Yo le pedía ‘Gordo, vamos a ganar, vamos a buscar el partido, vamos a ganarlo’. Y a lo largo del tercer set se dio esta situación: no especulamos en ningún momento con que ellos fueran a perder, sino que fuimos a ganarlo. Y hubo un par de puntos en el tiebreak decisivo donde esto se vio, de ser un poco más valientes, o un poco más proactivos a ir a buscarlo. Esa fue toda la secuencia de la final. Que al final lo más importante pasa en el tercer set porque fue el desenlace. Pero espectacular fue”, sostuvo con notoria felicidad el campeón.

Tanto la Bestia como Cristian tuvieron siempre detrás el permanente apoyo del entrenador Rodrigo Ovide, quien tuvo un papel fundamental en la victoria según explicó Gómez Silingo: “Rodri te marca mucho a nivel táctico. El enfoca el pádel un poco como lo enfoco yo: prestamos mucha atención con lo que pasa del otro lado. Intentamos buscar siempre un poco el punto más flojo que tengan, intentando entender que es lo que podemos hacer nosotros o lo que hacemos mejor. Después puede funcionar como puede que no, pero te va dando las cosas que, por ahí, adentro de la cancha a muchas revoluciones no tenés. Te va dando esa parte de tranquilidad que se ve afuera. Porque la verdad que afuera se ve mucho más fácil. Yo ahora que estoy mucho más afuera que adentro, te lo puedo asegurar”.

Y para la Bestia, claro, también fue fundamental tener a su lado a Gutiérrez. Sin embargo, entre risas, explicó que, más allá de su talento, es un compañero difícil: “Uno de los peores compañeros que podés tener, ja. Es un jugador con una comunicación con el compañero muy mala, muchas veces con una actitud muy mala. No tiene filtro cuando te habla. Encima nosotros tenemos mucha confianza porque somos amigos. Es verdad que ahora justamente uno sabe cómo está, sabe lo que puede dar entonces cambia mucho la parte comunicativa. Yo he jugado con Cristian por 2015, y de los peores compañeros que se podían tener. Como jugador un fenómeno, crack total, impresionante, pero como compañero a veces te hacía dar ganas de irte de la cancha, ja”.